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UNA RECONCILIACIÓN SOLO ES POSIBLE EN DIOS
- 18 marzo, 2015
- Posted by: Valora
- Category: otros
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Querida Lupita:
Quiero salvar mi matrimonio, pero parece imposible. Yo reconozco que he sido el culpable de todo. Mi esposa me confesó, arrepentida, acerca de una infidelidad (después de muchas mías), y yo me le fui al cuello y la lastimé.
Estoy arrepentido. Mis hijos están sufriendo porque ella se fue inmediatamente. Sé que he sido macho y que he cometido muchos errores, pero me siento sanado por Cristo: fui a un Encuentro y creo que puedo ser un hombre completamente nuevo.
Le pido perdón sinceramente, y ella ya no quiere saber nada de mí. ¿Mi destino es perderla?
Alejandro M.
Estimado Alejandro:
Tu situación es un reflejo muy gráfico de lo que obtenemos cuando nos olvidamos de lo que es el amor. El mundo sufre por falta de amor; sin él las infidelidades se multiplican, la violencia prolifera, las rupturas matrimoniales abundan, los hijos se desestabilizan emocionalmente… la depresión, la ansiedad y el desasosiego parecieran gobernar la conducta humana.
Tu realidad presente es producto de tus acciones pasadas, y tu futuro depende ahora de tus acciones presentes. Considera que no es fácil creer que has cambiado solo porque acudiste a un Retiro Espiritual.
El hecho de que hayas agredido a tu esposa nos habla de que eres un hombre con dificultades para controlarse; puedo suponer que no fue el único episodio de violencia de tu parte hacia ella. No verá normales tus intentos de reconciliación. Compréndela y acompáñala en el conocimiento de tu “nueva normalidad”.
Con frecuencia, cuando una mujer cae en infidelidad, hay un vacío emocional que no está llenando su esposo, y aunque por ningún motivo se justifica este tipo de traición, pueden comprenderse las razones que la llevaron a ello.
Al confesarte lo que ella hacía, buscaba, equivocadamente, ser honesta contigo. Como dar un grito de auxilio, con el que pedía que la vieras y amaras. Obtuvo, por el contrario, furia y desesperación.
Ahora es tiempo de detenerse y reflexionar. ¿Cómo has desempeñado tu papel de esposo? ¿Qué conductas debes modificar para obtener lo que anhelas?
Si has actuado con desesperación, llegó el momento para obrar con esperanza. Dale tiempo a ella para que vuelva a confiar en ti. Demuestra, con tus actitudes, que eres ese hombre nuevo que dices ser. El cristiano puede ofrecer sus sufrimientos, hacerse corredentor con Cristo y salvar a quienes ama, ejerciendo las virtudes del amor tan resplandecientes que nos presenta San Pablo: “El amor es comprensivo, el amor es servicial, no tiene envidias… no se irrita ni guarda rencor…disculpa sin límites, cree sin límites, espera sin límites… (Cor.12, 31).
Te corresponde aceptar con serenidad y perseverancia las dificultades, las humillaciones y la desconfianza de tu mujer y de tus hijos. Of
rece todo “en reparación de tus culpas y por la unidad de tu familia”. Dios quiere la unidad, ¡Él diseñó el matrimonio indisoluble! Cuenta con su ayuda en esta intención de recuperar a los tuyos. David lo perdió todo cuando fue atacado Siclag, su pueblo… David consultó a Dios y confió en lo que Él le prometió: “Recuperarás todo lo perdido”.
rece todo “en reparación de tus culpas y por la unidad de tu familia”. Dios quiere la unidad, ¡Él diseñó el matrimonio indisoluble! Cuenta con su ayuda en esta intención de recuperar a los tuyos. David lo perdió todo cuando fue atacado Siclag, su pueblo… David consultó a Dios y confió en lo que Él le prometió: “Recuperarás todo lo perdido”.
Escucha esta voz alentadora y desoye la voz del mundo, que grita que ya no hay remedio. En medio de todo ese ruido, surge la palabra potente y fiel de Dios: confía.
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