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Jorge Luis Borges asentó alguna vez esta frase: uno no es lo que es por lo que escribe, sino por lo que ha leído.
En la opinión de Úrsula K. Le Guin, escritora estadunidense, considerada la dama de la ciencia ficción mundial, los autores occidentales están obsesionados con el sexo. El quid no está tanto en lo que se escribe, sino en lo que se lee. La Sociedad en la que vivimos consume estiércol verbal. Y, ¿qué puede venir al corazón de una persona que alimenta su mente con basura?
Ser selectivos con nuestras lecturas es una decisión inteligente ante la enorme variedad de opciones que el mundo actual ofrece. Por fortuna, existen autores contemporáneos dispuestos a ir contra corriente. En ocasión de la Feria Internacional del Libro, en Guadalajara, permíteme recomendarte todas las publicaciones de Editorial SER. Autores con reconocido liderazgo de opinión como Adriana Corona, Juan Alberto Echeverry, Francisco González, Guillermo Dellamary y Gabriel Herrán, lanzarán una serie de títulos con el fin de despertar conciencias. Ellos son escritores unidos por una causa común: construir una cultura de valores éticos para el desarrollo integral de las personas.
Hablar de amor verdadero, de heroísmo, de voluntad, de dignidad y éxito legítimo no parece tener rating en nuestros días; sin embargo, estos autores están demostrando lo contrario. No rehúyen al tema sexual, desde luego; pero lo hacen con altos vuelos, desde una mirada libre y no esclavizada a algo fugaz y sin valor.
Con títulos sugerentes y estilos atractivos, tratan temas que tocan la esencia humana con sabiduría. Sumérgete en sus palabras. Escucha el llamado de San Pablo de Tarso, que nos recomienda: “Hermanos, piensen en todo lo que es digno de respeto, en todo lo recto, en todo lo puro, en todo lo agradable. En todo lo que tiene buena fama, en toda clase de virtudes, en todo lo que merece alabanza.” (Fil.4, 8)
Nos preguntamos por qué hay tanto desorden moral, por qué se ha destruido el sentido de la sexualidad humana. En cierto modo, somos lo que leemos. La verdad es que nosotros vivimos como si Dios no existiera ¡Ay!, si lo leyéramos a Él… ¡Cuán distantes son los criterios de Cristo a los del mundo!
Lupita Venegas