Blog
Michel Esparza nos comparte la siguiente reflexión:
Es un hecho que todos tenemos un límite para aguantar el peso psicológico, y que cuando nos ponen un kilo de más, nos descompensamos. De acuerdo con los expertos en salud mental, las personas somos como un vehículo que necesita combustible.
El arte de preservar la estabilidad psíquica consiste en aprender a gestionar óptimamente el combustible. Lo que más lo consume, es el estrés.
Cuando nos sentimos “embotados, agobiados, rebasados”, estamos frente al barómetro que nos indica que debemos detenernos un momento. Es tiempo de descansar. Detente, pues, y reflexiona acerca de tu vida y su sentido. La visión cristiana nos exhorta a salir de nosotros mismos para realizarnos en plenitud. Entonces, ¿cómo entender el amor a sí mismos sin faltar a las exigencias de Cristo?
Autoestima no es egoísmo
Santo Tomás de Aquino hablaba sobre lo conveniente que resulta a la persona el que ame su propio bien, pues está hecha para amar todo bien, incluido el suyo. En esto consiste la verdadera autoestima, en procurar el bien personal. Cuando yo quiero a otro, procuro su bien, cuando me quiero a mí, procuro expresarlo así:
Porque me quiero, tendré una relación cercana con Dios que me ama. Porque me quiero, conoceré mi dignidad. Porque me quiero, buscaré mi propia superación, y así daré lo mejor de mí mismo al mundo. Porque me quiero, sentiré orgullo al cambiar mis vicios por virtudes. Porque me quiero, evitaré los egoísmos y trataré de ayudar a los demás.
Aquí te propongo 5 acciones que generarán en ti una sana autoestima:
- Pide un tiempo de descanso. Tómate unas vacaciones en cuanto te sea posible. Habla con tu familia y exprésale tu necesidad de des-estresarte, para empezar con nuevos bríos.
- Acude a un Retiro Espiritual que te permita conocer a Dios Amor. Los Cursillos de Cristiandad son una magnífica opción.
- Lee algún libro que alimente tu espíritu: en primer lugar, la Biblia y algún otro de contenido espiritual poderoso.
- Desarrolla un plan de vida que incluya tu mejora personal en tres áreas básicas:
- Tu relación con Dios.
- Tu relación con tu familia y con quienes puedan necesitar de tu amor.
- Tu relación contigo misma.
- En la organización de tu tiempo, deja espacio para tu descanso personal y sé muy respetuosa del mismo.
Somos buenos cristianos cuando nos encontramos en Dios y nos sabemos amados por Él tal como somos. Éste es el principio de la verdadera autoestima que nos permite morir a nosotros mismos, morir a nuestro orgullo. Así, estamos capacitados para entregarnos a los demás con auténtica libertad interior. ¡Qué bueno que ayudas a tu familia! Ayúdate a ti también.
Recuerda que nadie puede amarse a sí mismo, si no ama primero a los demás.