Blog
Una estadística reciente muestra que a pesar de que más del 80% de la población mexicana ha sido bautizada, sólo el 2% de ella ha indicado que experimenta una relación cercana con Cristo vivo.
Creer en Dios sin creerle a Él nos lleva a una vida incongruente y, por lo tanto, al sinsentido y la frustración. Nos decimos creyentes pero vivimos “juntados”, sin casarnos; procreamos hijos fuera del matrimonio, restando total importancia a la familia; adoptamos la mentalidad anticonceptiva y consumista; nos sumergimos en el egoísmo más atroz. Y es curioso, pero a pesar de que hacemos todo esto, que es contrario a la voluntad de Dios, todavía le reclamamos que no nos vaya bien en la vida.
Este año que comienza, en vez desear “salud, dinero y amor”, te propongo otra triada de la que habló en una ocasión el Papa Francisco: “Misericordia, comprensión y gratitud”.
Esta es una invitación directa para encontrar la paz del corazón y con ella la verdadera felicidad a la que aspira el hombre. La razón es que si cultivas estas tres virtudes, estarás edificando la mejor versión de ti mismo.
- La Comprensión es una virtud que te llevará a no juzgar a tus semejantes. Recuerda dedicar tanto tiempo a revisar tu propia conducta, que no te quede tiempo de estar hablando o calificando a los demás. Cristo nos pidió: “No juzguen a otros, y Dios no los juzgará a ustedes. No condenen a otros, y Dios no los condenará a ustedes. Perdonen y Dios los perdonará” (Luc. 6, 37). Comprender significa también entrar a la historia y las circunstancias del otro, aceptar que nosotros, en su lugar, haríamos probablemente lo mismo. El que maltrata ha sido maltratado. Aquél que no da amor, no lo ha recibido
- La Misericordia consiste en no criticar. Aprendamos a amar incluso la miseria del otro. Mirar como Dios mira. Todos somos pecadores y no hemos de exigir perfección en nuestros hermanos. Si alguno te ha fallado, abrázalo y dile que quieres su bien porque le amas. Nuestra reacción humana ante la injusticia es querer cobrar lo que se nos debe, o buscar incluso venganza. Pero Dios nos pide siempre Misericordia.
- La gratitud consiste en no quejarse. El cristiano que se ha encontrado con este Dios vivo, agradece a lo largo del día por todas sus bendiciones. Esto le permite apreciar más lo que tiene y dejar de pensar en lo que no tiene. Paradójicamente, sólo quien valora su actual realidad, la mejora.
Busca a Cristo y relaciónate con Él. ¡Jesús está vivo y tiene toda la sabiduría que tú necesitas!