Blog
¿NOS AMAMOS O NOS USAMOS?
- 4 abril, 2022
- Posted by: Rodrigo Pérez
- Category: Castidad
Querida Lupita:
Mi esposo tiene imágenes de mujeres desnudas y semi desnudas en su taller, en su auto y en nuestra habitación. Mis hijos se han afectado por esto y yo le he pedido que las quite pero dice que así se imagina con ellas y por eso está conmigo en la intimidad. Me siento usada. Ya he tolerado esto por varios años y no estoy dispuesta a seguir así.
Ma. Lourdes C.
Hermana mía, Lourdes:
Recomiendo a las parejas de novios y matrimonios que visiten la página: www.amaralmaximo.com. En ella, hay temas de formación integral que nos preparan para vivir una sexualidad plena. Uno de los temas lleva el título que he dado a este artículo. Las imágenes que describes, no deben exhibirse en ningún hogar cristiano Es muy diferente cuando alguien te quiere a ti, a cuando alguien quiere algo de ti.
En la exhortación apostólica del Papa Francisco, Amoris Laetitia, se nos comparten principios que pueden guiar nuestras decisiones en el ámbito de la intimidad. Estudiemos los puntos 150 a 163. De ellos tomo las siguientes palabras:
- El Concilio Vaticano II enseña que el amor conyugal abarca el bien de toda la persona. La sexualidad humana se ordena al amor matrimonial.
- Dios mismo creó la sexualidad, que es un regalo maravilloso, cuando se la cultiva y se evita su descontrol.
- No podemos ignorar que muchas veces la sexualidad se despersonaliza y también se llena de patologías, de tal modo que «pasa a ser cada vez más un instrumento de satisfacción egoísta de los propios deseos e instintos».
- Existen constantes formas de dominio, prepotencia, abuso, perversión y violencia sexual, que son producto de una desviación del significado auténtico de la sexualidad.
- No está de más recordar que, aun dentro del matrimonio, la sexualidad puede convertirse en fuente de sufrimiento y de manipulación. Por eso tenemos que reafirmar con claridad que «un acto conyugal impuesto al cónyuge sin considerar su situación y sus legítimos deseos, no es un verdadero acto de amor.
Todos tenemos derecho y deber de vivir una sexualidad plena en el matrimonio. Si no lo estás experimentando así, conviene que profundicen los dos en el orden y sentido de esta íntima unión. Dios mismo diseña el placer y lo quiere para cada matrimonio, Él está interesado en fortalecer el amor a través del signo visible de su entrega mutua.
Lupita Venegas/Psicóloga
Facebook: lupitavenegasoficial